SHINRIN-YOKU Y MINDFULNESS. SER CONSCIENTES EN LA NATURALEZA

¿Has sentido la calma, la presencia envolvente de la vida, incluso la fusión de tu ser con los árboles y otros seres vivos del bosque? Quizás no, pero aún estás a tiempo.

La mayoría de nuestro tiempo, como especie, ha estado  vinculado a entornos naturales: bosques, montañas, calas, lagos, etc. Y sin embargo llevamos tiempo instalados en una progresiva desconexión  evolutiva que  está generando una suerte de “trastorno por déficit de la naturaleza”. Este concepto acuñado por Louv (2008) en su libro “Last child in the Woods” lleva agitando conciencias los últimos años. No es para menos, ya que los niños de las  grandes ciudades  crecen  en sedentarismo, en adicciones a las tecnologías  y en desvinculación del medio natural, sustituyendo  el verde pradera por el gris asfalto.

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PERO PODEMOS PARAR Y PREGUNTARNOS: ¿CÓMO PODEMOS VOLVER A RECONECTAR CON LA NATURALEZA?

A esta pregunta intentó contestar el ministro de Agricultura, Bosques y Pesca Tomohida Akiyama  lanzando en 1982 el primer programa nacional para practicar baños de bosque. Según el propio ministro, Japón necesitaba curarse del estrés a través de la naturaleza . Quedaba así bautizado el movimiento Shinrin (bosque) Yoku (baño).

Entre los beneficios   de estos baños de bosque, siguiendo la revisión exhaustiva de Hansen, M, Jones, R. y  Toccini,K. (2017) destacan:

Dentro de la esfera de los trastornos mentales se sugiere un efecto positivo en pacientes que presentan cuadros de depresión o ansiedad a partir de cuestionarios subjetivos y también de marcadores biológicos como la cantidad de cortisol en saliva.

Respecto al sistema cardiovascular parece haber mejoría en el pulso cardiaco, en la variación del ritmo cardiaco (coherencia cardiaca) y en la presión arterial.

El sistema respiratorio también se beneficia mejorando los síntomas de alergias, asma y otros trastornos del aparato respiratorio.

La  actividad endocrina e inmune son algunas de las áreas mejor investigadas. Se ha comprobado un incremento de  células NK (natural killer) que nos protegen de bacterias y virus, así como una reducción de glucosa en sangre en pacientes diabéticos.

Otras mejorías a nivel psicológico más tranversales pero no menos importantes serían:  la mejora de la atención, el  humor, la creatividad, los niveles de energía, el incremento de sentimientos de calma e incluso la compasión.

Además de una mayor concentración de oxígeno, el paseo por un bosque dejaría la huella de unos compuestos volátiles  llamados fitoncidas. Estas son las defensas naturales de las plantas que les protegen de hongos, bacterias e insectos. Los árboles de hoja perenne como pinos, abetos y otras coníferas son los mayores productores de fitoncidas. Estas sustancias parecen ser nucleares en los efectos fisiológicos y psicológicos antes mencionados. Con tan solo 2 horas de baños de bosque, una vez al mes, tendríamos buena parte de estos beneficios según los estudios actuales.

PRÁCTICA GRUPAL DE SHINRI-YOKU Y MINDFULNESS

Se expone a continuación una experiencia grupal con alumnas y alumnos. Y a la vez puede ser inspirador para la práctica individual.

1 Tiempo. Caminar consciente y apreciativo

Se invitó a los participantes a que caminaran de una forma pausada y en silencio, siendo conscientes de sus sensaciones internas a la vez que se abrían a los estímulos que desprende el bosque. Se potencia el deleite de los olores, los juegos de luces y sombras, las distintas tonalidades cromáticas, los sonidos y otras sensaciones. Caminamos durante 20 minutos sin una ruta fijada. Nos guiamos por la intuición permitiendo el dejarnos llevar. Intentamos buscar nuestro propio camino al cabo de un rato, intentando dejar algo de distancia respecto a los compañeros. Si queremos, podemos parar o sentarnos y tomar conciencia de lo que acontece en este momento, sin juicio. Se recomienda descalzarse en algún momento y sentir el contacto con la tierra o la hierba.

2 Tiempo.  Estiramientos conscientes con naturalidad En este momento se realizó un pequeño ejercicio de atención a la respiración (mindfulness) de unos 5 minutos. Posteriormente, realizamos unos estiramientos conscientes (yoga) reconectando con nuestro cuerpo  y buscando el equilibrio de nuestro cuerpo en la naturaleza. No se necesita hacerlo perfecto, nos cuidamos de no lastimarnos, tomamos conciencia de nuestros límites y exploramos con curiosidad lo que acontece en el momento presente. Intentamos sentirnos seres entre seres, árboles entre árboles, armonía entre armonía. Tras los estiramientos de unos 10 minutos volvemos a hacer unos 5 minutos de atención a la respiración.

3 Tiempo  Comer natural y consciente

En alguna parte de la experiencia de inmersión Shinrin-Yoku es habitual tomar algún alimento propio del bosque (frutos silvestres, infusiones, etc). También podemos llevar una fruta de casa y realizar esta práctica sencilla. Invitamos a los participantes a que cojan la fruta que han traído y la botella de agua. La única instrucción para esta práctica es la de ser conscientes de las sensaciones. Potenciamos apreciar la textura de la fruta, su peso, volumen y consistencia. Invitamos a comer con tranquilidad, despacito. Aprovechamos para sintonizar con los ritmos del bosque. Nos deleitamos en los aromas de la fruta, el despliegue de sabores que explosionan en la boca. Nos permitimos apreciar el tiempo paciente que llevó el cultivo del árbol frutal, las horas de sol, las cantidades de agua y el esfuerzo de las personas que cuidaron de que llegara hasta nosotros.  

4 Tiempo  Agradecimiento

Una posibilidad interesante dentro del contexto Shinrin – Yoku es agradecer a la naturaleza. Después de unos 90 minutos en silencio, y en contacto con la naturaleza, podemos hacer de forma voluntaria una expresión de gratitud. Para ello disponemos de unos pósits y unos bolígrafos. En ocasiones, un contacto inmersivo en la naturaleza nos desvela nuestros más genuinos anhelos, la respuesta a una encrucijada personal o la necesidad de cambiar algún hábito que en la actualidad es perjudicial. Hay personas que se sienten agradecidas por el sol, la tierra, los árboles, los frutos, las flores o los arroyos. Otras personas no sentirán la necesidad de agradecer nada y también está bien, no forzamos. Una vez recogidos los pósits que pegamos al árbol, nos dirigimos otra vez al aula para hacer una rueda de titulares sobre la experiencia. Las vivencias son mayoritariamente positivas y estimulantes, sin duda reveladoras de nuestro déficit de naturaleza y nuestra pulsión natural de reconectarnos con la tierra.

La actividad presentada es únicamente una sugerencia con actividades coherentes dentro de la metodología Shirnri-Yoku junto al enfoque de mindfulness y compasión. Te invitamos a que la próxima vez que pases por un bosque o un parque puedas parar y permitirte integrarte en la naturaleza.